Hace ya un año que publique
GUARRAZAR, EL TESORO ESCONDIDO , una historia novelada más que una novela
histórica, las ventas han superado mis expectativas y hemos tenido que hacer
una nueva tirada. Aunque la historia del descubrimiento del tesoro de Guarrazar,
a mi entender, está bastante completa en la novela, sigue dando noticias y
apareciendo datos de sus protagonista de
los años posteriores, ya cuando esos avatares estaban casi en el olvido.
Uno de ellos, es una anécdota de la que fue la
verdadera y primera descubridora del tesoro, estamos hablando de Escolástica
Velasco-Calderón Pérez.
Anécdota que me ha contado D. Gregorio Escribano Sánchez descendiente Escolástica , al cual agradezco su confianza y le muestro públicamente mi deferencia.
Como ya sabrán los que hayan
leído la novela, Escolástica fue maestra en Gerindote y cuando se casó con su
novio el secretario de Guadamur se vino a vivir a esta localidad y lo hacían en la plaza de Recesvinto , en la casa que posteriormente ocuparon , la
Taberna de Enrique, el Bar del Chico y hoy es el Bar del Practi.
Por lo
que se deduce de este hecho que les voy a contar, al parecer esta mujer tenía
bastante carácter.
La mujeres inmersas en sus casas, en lo que se conocía entonces por tareas de propias su sexo, siempre estaban alerta con un oído
en la calle, por si ocurría algo o pasaba alguien fuera de los que
acostumbraban a pasar, para salir a lo
que vulgarmente se denominaba y sigue denominándose “oler”.
Un día acertó a pasar por la plaza, el sifonero de Noez ,
vendiendo esta botellas de bebida gaseosa . Los sifones, los traía desde su pueblo en un carro tirado por dos mulas y al parecer
una de ellas era más perezosa que la otra
a la que llamaba Escolástica, por este motivo tenía que arrearla
continuamente diciendo:
¡ Arreeee….. Escolástca …….Arre….Escolaaastica
¡
Siempre
que pasaba por la puerta de nuestra vecina Escolástica , el vendedor arreba a
la mula con grandes voces , no se sabe si era porque conocía que la vecina se llamaba igual
o era una casualidad, aunque el
sifonero nueceño tenía fama de guasón .
Cada vez que
venía el de Noez , y lo hacía todas las
semanas se repetía la escena y Escolástica lo escucha dentro de su casa y cada
vez le gustaba menos. Casada ya de la situación. Escolástica decidió darle un
escarmiento y un dia le estaba esperando con una vara de almendro de aquellas que
se utilizaban para varear la lana de los colchones y casi sin mediar palabra le
propino un par de palos al sifonero y le dijo que no se refriese a su mula como
e
Escolástica y al marcharse el limonero se fue diciendo
Escolástica y al marcharse el limonero se fue diciendo
¡ ARREE MUU…LA ……….QUE ECOLASTICA …….NO ¡
¡ ARREE MUU…LA ……….QUE ECOLASTICA …….NO ¡
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