Las llamas o fuego del otro escudo simbolizan el fuego eterno.
Estas piedras aparecieron como elemento constructivo dentro del muro, en el derribo de la casa rectoral, cuando, también por esos años, se iba a construir la actual casa del cura. Su procedencia original, casi con toda seguridad, es el castillo y más concretamente la capilla de este, no sólo por sus escudos eclesiásticos, sino también por su parecido a otras piedras del mismo estilo y calidad que se conocen de la capilla antigua .
Su época de reutilización en la casa rectoral estaría en los años centrales del siglo XIX cuando el castillo pertenecía a particulares de Guadamur, entre ellos José Guillermo Sánchez y Bonifacio Rodríguez.
El buen acuerdo de Don José Tarjuelo hizo que estas piedras volvieran a un lugar sagrado.
De Guadamur, ayer y hoy |
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ResponderEliminarAbrazos.