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viernes, 14 de septiembre de 2018

MIGUEL GÓMEZ DÍAZ , RESTAURADOR DE LAS PINTURAS DEL CASTILLO DE GUADAMUR.

Cocineras  y camareras del Bar de Clemente Patiño
         El 30 de noviembre de 2014, Adolfo de Mingo Lorente , publicaba en la revista Tribuna de Toledo el artículo En busca del Greco de Miguel Gómez Díaz, en este interesante artículo se hablaba del pintor y ceramista Miguel Gómez Díaz (1908-1966)  que entre otras muchas  cosas fue restaurador de las pinturas del Castillo de Guadamur a finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo. Las personas mayores de la localidad lo recuerdan, ya que para realizar su trabajo en el castillo estuvo alojado una temporada en la posada de Ciriaca con su hijo, haciendo amistad con bastante gente de Guadamur.
Banquete en el Bar de Clemente  Patiño, decorado con escenas taurinas por Miguel Gómez Díaz







































Miguel, de muy niño,  entró de  aprendiz en el Alfar del Carmen en Talavera en 1919 , fue alumno de la escuela de dibujo de Francisco Arroyo y quizás por esto paso a trabajar en el alfar de Juan Ruiz de Luna. Tras la guerra civil se traslada a Puente del Arzobispo , junto con Francisco Arroyo a trabajar en el alfar de Pedro de la Cal y son de esta época las piezas cerámicas más conocidas.
Según cuenta Adolfo de Mingo , es  muy posible que tanto Arroyo como Miguel Gómez asesoraran a al Maestro Jacinto Guerrero y a los libretistas Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw en la ambientación de la zarzuela Loza Lozana, inspirada en el ambiente ceramista de Puente del Arzobispo .
Desde su primera época  a Miguel  se le ve muy interesado en la temática taurina y costumbrista de los ambientes  románticos del siglo XIX.
   En la década de los años cuarenta empieza a pintar al oleo con esta temática costumbrista y taurina , cuadros que vende en el Rastro madrileño , empieza entonces también su colaboración con la Revista taurina El Ruedo, entre otras . Trasladado a Madrid a finales de esa época realiza varias y exitosas exposiciones  en la capital y en otras  ciudades de España.
                A principios de los cincuenta decide trasladarse a Toledo, por el auge del turismo, un turismo creciente en esa época y de alto poder adquisitivo, que seria el destinatario de  venta de sus obras.  Frecuentó al anticuario Balaguer y también lo frecuentaba por entonces el Marques de Campó  D. Hernando Morenés y Arteaga, enfrascado en la restauración de nuestro castillo. Visitaba a Balaguer el marqués en busca de muebles antiguos para reamueblar el castillo, ya que en la guerra civil  del 36 había perdido buena parte de su espléndido mobiliario y obras de arte a consecuencia de servir de cuartel a las milicias de la República. A través de este  anticuario el marques , posiblemente, conoció a Miguel Gómez al que contrató para la restauración de las múltiples pinturas y frescos  que tenía el castillo.
Por este motivo se trasladó a vivir a Guadamur con su hijo, alojándose en la posada, como hemos dicho y haciendo bastantes amigos en la localidad.
       Nos dejó en la villa, además de su trabajo en la restauración del castillo, dos obras , las dos de ambiente taurino que era lo que más le gustaba. En el bar de Clemente Patiño que tuvo en la calle Felipe del Cojo Morales , pintó un fresco de tauromaquia, para la decoración del salón restaurante.
Hoy por desgracia desaparecido al reconvertirse el bar en una casa particular. En Toledo en el Hotel Carlos V , todavía se puede contemplar un fresco de su mano pero con la temática de una vista del  Toledo antiguo.

Barra del Bar de Clemente Patiño
Pinturas con tema taurino que decoraban el bar de Clemente Patiño, en la Calle Felipe del Cojo




























       Sabemos que , regaló a unos de sus amigos en Guadamur al panadero Santiago Manrique Sánchez un pequeño óleo de tema taurino, que creemos que conserve alguno de sus descendientes.
              También , por encargo de Don Isidoro Rodrigañez, restauró y decoro una escultura  de la Virgen María , que este señor coloco en una hornacina en el jardín de su finca de Aguanel.

                En 1959, tras un accidente estando restaurando el escudo de la Posada de la Hermandad en Toledo, quedó un poco impedido y se trasladó a Puente del Arzobispo a retomar su antiguo oficio en el Alfar del Rio. Murio en Talavera en 1966 a la edad de cincuenta y siete años.               

Cartel de la zarzuela de Jacinto Guerrero inspirada , dicha zarzuela,en el alfar puenteño en donde trabajó Miguel Gómez.
El Estudio del Greco, una de sus principales obras al óleo , de su etapa toledana.






Jarra de puente pintada y personalizada por Miguel , con su nombre y el de su esposa Marcelina de las Heras










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