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miércoles, 25 de junio de 2014

EL CASTILLO DE GUADAMUR A MEDIADOS DEL SIGLO XIX


 Desde el siglo XVII, el castillo estaba cerrado, sin soldados y alcaide que lo cuidase, por este motivo , el deterioro del edificio  estaba empezando  a ser evidente, seguramente sus puertas habían sido violentadas, y desprovisto de muebles, tenía ciertos daños por el lógico abandono. En 1804 tenemos noticia que el  XVI Conde de Fuensalida se queja a la autoridad, de los daños causados por los vecinos de Guadamur .
           De poco le sirvió esta queja al duque de Frías, que también lo era el de Fuensalida, , ya que, pocos años después, un destacamento francés, lo incendió al huir de Guadamur a finales de la Guerra de la Independencia, habiéndolo utilizado hasta entonces  como cuartel .

    Debido al incendio, el  deterioro se fue incrementando con el  el paso de los años, y  algunas bóvedas de ladrillo y arcos de sillares se hundieron. Este aspecto de derrumbe interior tenia cuando lo visita Cuadrado hacia 1852.
Don Jose Maria Cuadrado Nieto, periodista  y escritor mallorquín , encargado de redactar algunos volúmenes de la obra Recuerdos y Bellezas de España , que , en compañía de  Francisco Javier Parcerisa visito Guadamur para incluir al castillo en tan importante obra  bibliográfica.

Francisco Javier Parcerisa y Boada , dibujante y litografista , que participó de manera destacada en la ilustración de la obra Recuerdos y Bellezas de España
Aspecto que tenia en castillo cuando lo visita Cuadrado , fotografía de Casiano Alguacil , unos años después.


Bernardino Fernández de Velasco y Benavides XIV Conde de Frias y XVII Conde de Fuensalida  poseedor del castillo desde 1811 hasta 1851.



El Puente de San Martín paso obligado para llegar a Guadamur desde Toledo, dibujado por Parcerisa en aquellos días.
En aquel entonces la Puerta Vieja de Bisagra estaba tapiada, ante ella pasan carreteros , posiblemente de Ventas con Peña Aguilera  con mercancía para Madrid.


             José Maria Cuadrado nos habla así del castillo:

“Cual novel caballero sin divisa en el escudo, bien que gentil y ricamente armado, gallardea en el oscuro pueblo de Guadamur , distante dos leguas al oeste de Toledo, un castillo cuya historia y pertenencia es al par desconocida, y cuyo origen alumbraron los últimos años del siglo XV o los primeros del XVI. Sírvele como de peana un fuerte antemural , siguiendo en sus líneas la planta del edificio: cuadrada perfectamente es esta , resaltando en las esquinas redondos torreones y en el centro de cada cortina un ángulo agudo hasta la altura del primer cuerpo , que ciñe una serie de modillones sin matacanes ni almenas; y del seno de estas partes avanzados suben los pequeños cubos, que incrustados en el segundo cuerpo irguen su almenada frente sobre el adarve superior. Al ángulo de poniente se arrima la gran torre cuadrilonga del homenaje, un tercio más alta y en su remate flanqueada de seis cubos, cuya repisa esmaltan cordones de bolas, tan usados en aquella época; pero allí también, no sabemos que bárbara mano, despojo de su corona los modillones que la guarnecen. Por todos los muros se notan esparcidos los blasones de su ignorado dueño, abrense pequeñas y numerosa ventanas de arco achatado, el dintel sencillo y fuerte de la entrada aparece entre dos columnitas; y en medio de tal desnudez de adorno no es sorprendente la gracia y belleza del conjunto debida a su elegante y acicalada regularidad.
 En cita a pie de página describe los escudos que encuentra adosados por todo el castillo, diciendo que le parecen leones con ocho aspas a su derredor. Al no ser experto heráldica ni en genealogía, no reconoce el escudo de López Ayala constructor de la fortaleza. Que lleva dos lobas de sable, sobre campo de plata , con bordura de gules y ocho aspas o cruces de San Andrés. El apellido López , que significa hijo de Lópe, viene de la palabra latina lupus que se vulgarizó en lobo, de ahí que los lobos sean los emblemas de su escudo. Tras definitiva toma  de Baeza el 30 de noviembre de 1227 dia de San Andrés, por Fernando III , el Santo, los Lopez de Haro que ayudaron a Fernando a la toma de la ciudad, ostentan en el escudo, por privilegio real, en recuerdo de dicha conquista, estas aspas o cruces de San Andrés. De donde las toman los López de Ayala, al ser descendientes de los López de Haro.

Fernando III el Santo había concedido a Diego López de Haro , antecesor  de los López de Ayala , que colocaran en su escudo ,  una bordura  de gules con ochos aspas de oro, en recuerdo a la toma de Baeza , que sucedió el 30, de noviembre día de San Andrés. De los López de Haro lo toman los López de Ayala.









También describe los tres escudos de la puerta, sin reconocer a sus dueños, uno el descrito anteriormente y los otros dos uno con barras diagonales, que hoy sabemos es de Castañeda y el otro con león rampante que es el de Silva.
Escudos de armas del castillo. En el centro los López de Ayala  por el constructor de la fortaleza , a su derecha el escudo de su madre Elvira de Castañeda  y a su izquierda el escudo de los Silva, de Doña María de Silva, esposa de Don Pedro.






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Habla también en estas notas, que repartidos por los salones hay trozos de frisos con inscripciones de salmos y oraciones latinas. En el zaguán aún se conservaba el salmo CXXVI de la Biblia: Nisi Dominus custodierit civitaem , frusta vigilat qui custodit eam. Si el señor no custodia la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Esta misma inscripción se recuperó en la restauración de los Condes de Asalto, adornado las escocias del zaguan del castillo y otras dependencias..













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