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GEMA SIGILAR DEL TESORO DE GUARRAZAR

viernes, 18 de diciembre de 2009

UNA FIESTA DESAPARECIDA EN GUADAMUR NUESTRA SEÑORA DE LA O.

Llamada oficialmente de la Expectación del Parto de Nuestra Señora, la fiesta la instituye el X Concilio de Toledo en el año 656 . Se celebraba ocho días antes del Nacimiento del Señor el 18 de diciembre y se instituyó, pues la Anunciación o Encarnación, celebrada el 25 de marzo, no se podía celebrar con normalidad, al coincidir muchos años con la Cuaresma.
Es la única fiesta de la Virgen instituida en Toledo y mucha parte de su creación la tuvo San Ildefonso, por su constante defensa de la Virgen María. Además se conmemora en este día la aparición e imposición de una casulla por parte de la Virgen a San Ildefonso El nombre popular de Maria de la O le viene porque, todas las antífonas mayores del Magnificat, que se cantaban en ese día empezaban por: OH..........
También llamada Virgen de la Esperanza por la espera de la llegada del Redentor. La advocación de este nombre, la Virgen de San Cipriano, a la cual tienen muchísima devoción fieles de los pueblos del alrededor de Toledo, descendientes de mozárabes, es quizás una devoción que se mantenga desde tiempos visigodos.
Su celebración en Guadamur debía ser inmemorial, quizás hundiendo sus raíces en los años de su creación y mantenida durante el periodo de dominación agarena por los mozárabes de Guadamur.
Ligada a esta fiesta, estaba la costumbre de los jóvenes de Guadamur , de recorrer las calles de Guadamur apedreando puertas al mismo tiempo que, a voces decían :
¡¡¡¡¡ La Virgen de la O, la Madre que le parió ...¡¡¡¡¡¡¡

Esta costumbre que en un principio era una alabanza al Santa Maria por ser la Madre de Jesús, perdió su significado al mezclarse con otras costumbre carnavalescas de apedreamiento de puertas, que se conservan en algunas poblaciones del norte de España y que tienen una clara finalidad de expulsión de males de las viviendas apedreadas.
Perduró en Guadamur hasta los años cuarenta del pasado siglo por tener precisamente ese carácter de carnavalesco, pues sabemos todos que ciertos actos de este tipo, fuera de la época carnavalesca no se hubieran consentido.
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